Hay tres razones fundamentales para crear un producto final, que puede ser algo concreto y tangible o algo como una presentación pública o la respuesta a un problema planteado:
En primer lugar; un producto público acrecienta la motivación.
En segundo lugar, al crear un producto los alumnos convierten lo que han aprendido en algo concreto y en consecuencia, cuando lo comparten, en algo cuestionable, discutible.
El aula se convierte en una comunidad de aprendizaje.
El docente y sus alumnos analizan y discuten qué se ha aprendido, cómo se ha aprendido, cuáles son los criterios y estándares de evaluación que deben usarse y cómo se puede mejorar el trabajo de los alumnos.
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