El corazón de un proyecto es siempre un problema que resolver o investigar o una pregunta que analizar y contestar.
Puede ser algo muy concreto (“Vamos a organizar una feria de la salud en nuestro centro”) o muy abstracto (“¿Cómo son los intereses de poder en el mundo actual”).
Una pregunta interesante y motivadora hace que los alumnos vean mucho más sentido en lo que están aprendiendo.
El problema o la pregunta desafiará a los estudiantes sin intimidarlos.
Por ejemplo, “¿Cuáles son las principales amenazas para nuestra salud? ¿Cómo podemos combatirlas?” o “¿El mundo es un tab
lero con el que alguien juega?”.
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